“La solución cooperativa para un trabajo cultural digno”

Resumen del 1er capítulo de #enClave #REACC donde conversamos con María Paz López, Coordinadora de Smart_IB Cooperativa de Gestión para Proyectos Creativos y Culturales y Curro Crespo (REACC).

Smart Ibérica es una cooperativa de impulso empresarial, fundada en Andalucía dentro del marco de una de las leyes de cooperativas más innovadoras del mundo, la andaluza. Smart-Ib surge como delegación de una cooperativa matriz belga, Smart, iniciativa innovadora que en su momento supo dar respuesta al precario mundo laboral del arte y la cultura mediante la intermediación entre clientes y artistas ofreciendo a sus socias trabajadoras asistencia laboral, legal y contable y fomentando marcos laborales adecuados para la actividad artística. Smart se encuentra presente en la actualidad en 8 países europeos, y, nada más en Bélgica, cuenta con más de 100.000 afiliados, lo que la convierte en una interlocutora inexcusable para los gobiernos belgas a la hora de diseñar su política cultural.

Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008 y la posterior crisis económica, desembarca Smart-Ib en España. Es entonces cuando Mapi, que ya venía del mundo de la formación artística y la gestión cultural, conoce y entra a formar parte de Smart-Ib. Ella es actualmente una de las personas que conforman la estructura interna de la cooperativa.

Trabajar a través de Smart es muy sencillo. Aportas un capital social inicial de 150 euros y pasas a ser socia de la cooperativa. Desde ese momento dispones de acceso a formación en diferentes materias de interés, como pueden ser los Riesgos Laborales o Derechos de autor. La cooperativa se encarga también de la asesoría laboral y fiscal de sus socias por medio de profesionales cualificadas en cada área de especialidad. Cuando a una cooperativista le surge una oportunidad de trabajo o un encargo, es a través de la cooperativa como se formaliza el contrato, y ésta, la encargada a su vez de contratar a la artista en las mejores condiciones posibles (seguridad social, cotización, etc.) La socia aporta el 6% de los ingresos de su trabajo a la cooperativa como contribución para el mantenimiento de toda esta estructura mutualizada de recursos.

Trabajar en Smart obliga a un cambio de mentalidad. No se trata de un sistema que permita ahorrar dinero o buscar atajos en las obligaciones formales para el desempeño de la actividad laboral. Se trata de un proyecto cooperativo que pone en el centro a las personas y cuya finalidad es lograr la máxima dignidad y garantía en ya de por sí discontinuo y precario mundo del trabajo cultural.


En 2017, Smart-Ib se vio arrastrada por la proliferación de sociedades y cooperativas “de facturación”, entidades societarias pantalla, sin estructura ni propósito social, creadas para beneficiarse de las condiciones fiscales ventajosas que disfrutan las cooperativas. En aquel momento, la Agencia Tributaria y la Seguridad Social iniciaron una campaña de inspección masiva de este tipo de cooperativas, de la que Smart-Ib salió indemne. Aún así, sufrió el impacto de la mala imagen creada a su alrededor fruto de una prensa mal informada. Afortunadamente, Smart-Ib superó todo ese proceso, y a la postre, se beneficia de que la administración pública ordenara y limpiara el panorama de entidades intrusas.

Smart-Ib opera en España con más de 600 personas socias activas de manera continua, más otras 500 que lo son de manera esporádica y ocasional. Como Mapi recalcó en el tramo final de su intervención, es fundamental articularse en organizaciones que adquieran masa crítica suficiente para poder tener impacto efectivo en las políticas públicas. En ese sentido, Smart-Ib es, a día de hoy, la iniciativa de mayor recorrido que ofrece un modelo para el desarrollo digno de los trabajos de la creación y la cultura.

Para cualquier pregunta podéis escribir a Mapi, al correo:

mpilar.lopez@smart-ib.coop o a red.reacc@gmail.com